Parece que Noviembre se afianza como el mes del cine en Sevilla. Y es que tras la celebración del Festival de Cine Europeo, la semana pasada la ciudad fue sede del 5º Festival Internacional de Cine Lésbico y Gay de Andalucía, organizado por la Fundación Triángulo. Desde este blog no sólo pretendemos abordar lo relativo a las desigualdades de género, sino también otras formas de discriminación, tales como la xenofobia o la homofobia. Y en este último caso, entendemos que su relación con la problemática de género es bastante más estrecha de lo que pudiera pensarse, y todo parte, en definitiva, del sistema patriarcal que domina la sociedad desde hace siglos, y que minusvalora, a veces muy sutilmente, otras veces de forma directa, todo cuanto no responda a los parámetros tradicionales de relaciones heterosexuales entre hombres y mujeres. En este sentido, todo lo relacionado con la homosexualidad ha sido hasta hace muy pocos días menospreciado. Y si los gays lo han tenido difícil en la reivindicación legítima de sus derechos, las lesbianas han vivido, y todavía viven, una doble discriminación. Es por ello que aunque -al menos en España- las leyes respalden por fin la total normalización de este colectivo, quedan muchas cosas por hacer en los ámbitos más variopintos. Por esta razón, se hacen necesarias actividades encaminadas a dar visibilidad a cuestiones que, realmente, sólo tienen que ver con algo tan sencillo como el amor.
Son por tanto muchas las razones que explican la existencia de la Fundación Triángulo y de muchas otras organizaciones dedicadas a la igualdad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Y en este contexto situamos la existencia de este festival de cine, del que vamos a destacar tres de las obras presentadas.
La cinta que se ha llevado el Premio del Público lleva por título Were the world mine. Se trata de una producción estadounidense dirigida por Tom Gustafson que aborda, a modo de comedia musical, la fantasía de un adolescente que ve cambiar el mundo que le rodea mientras interpreta con sus compañeros de clase una obra de Shakespeare.
El Premio del Jurado ha ido a parar a la película mejicana Quemar las naves, dirigida por Francisco Franco-Alba. Se trata de una hermosa historia protagonizada por un adolescente y su hermana mayor, que deben enfrentarse a elegir el camino a seguir tras una tragedia familiar al mismo tiempo que descubren el poder del amor.
Por último, quisiera hacer una breve reseña sobre Ander, un trabajo realizado en Euskadi y dirigido por Roberto Castón. Es una historia dura, rural, que plantea el conflicto interior de un campesino vasco que, tras tener un accidente doméstico, se verá obligado a contratar a un inmigrante peruano para que se ocupe del caserío. La llegada de este personaje al seno de una familia tradicional e inmovilista hará que todos los pilares en los que ésta se había apoyado comiencen a tambalearse. Una historia intimista en la que el trabajo de los actores es sencillamente brillante.
Qué bien lo has expresado, Gonzalo¡
ResponderEliminarTienen una pinta estupenda las tres, yo no sé qué hago que no he ido este año a ninguno de los dos festivales de cine, estoy que no cazo tiempo para nada.
La división que has hecho me parece genial. Yo soy un desastre para organizar, cazo al vuelo lo que me gusta y lo pongo donde primero lo encuentro. En este caso no quería pasarme porque además habían publicado el poema de una amiga.
Tengo cosas que contarte, a ver si luego te llamo.