martes, 24 de noviembre de 2009
Controversias en prensa sobre campaña contra el maltrato.
Hace algunos días, el 19 del 11 de 2009, leía en El Pais Digital un artículo de Enrique Lynch sobre revanchismo de género. Su principal argumento consistía en desacreditar la nueva campaña gubernamental sobre igualdad que últimamente podemos ver en los medios: Televisión, prensa y radio, además de vallas publicitarias. Me pareció que su argumentación era floja, no analizaba más que los anuncios en los que las mujeres decían que "ningún hombre será más que yo" (que no es lo mismo que decir que seré más que los hombres) y lo hacía retorciendo los significados y el propósito de la campaña, sin dar agurmentos para ello y ocultando, arteramente, información.
Mientras iba leyendo comprendí que su crítica procedía del odio o del sectarismo político, y no puedo entender que haya personas que destilen tanta bilis contra los proyectos de igualar a las mujeres en derechos reales con relación a los hombres, ni contra campañas que luchen para erradicar el maltrato, y en favor de concienciar a todos de que las mujeres no somos menos ni tenemos que tener menos aspiraciones que los hombres. Sus dislates llegaron hasta un punto que acusaba a estas campañas de fomentar un revanchismo femenino que es el causante de que se produzcan los malos tratos y los asesinatos de mujeres ¿Quién puede creerse esa barbaridad? ¿El problema es que las mujeres se han vuelto contestonas y los hombres tienen que pegarles por ello? Cito textualmente porque no quiero dar la impresión de que manipulo sus palabras. El revanchismo feminista hace que:
"(...)en un país vergonzantemente árabe y misógino como es España, no sólo bastardiza una cuestión -la relación entre hombres y mujeres- que es de una enorme complejidad, sino que subsidiariamente no ha hecho sino aumentar de forma alarmante la tasa anual de actos de violencia machista al lanzar a las mujeres al choque con machos ignorantes y brutales, hombres que -nunca olvidemos esto- han sido gestados, amamantados, criados y formados por mujeres."
Así que defender la igualdad es la principal causa de que se produzcan los malostratos, y son las madres las que inducen a sus hijos a maltratar a sus esposas y parejas ¿no será más bien que los hijos ven cómo tratan los padres a sus madres pareciéndoles que es lo normal? ¿No será que las madres han entendido que esa forma de trato es natural porque para eso los hombres son más importantes? ¿No será que el peso de los años en ese aspecto sigue vivo incluso en las nuevas generaciones de hombres y mujeres jóvenes? ¿No será que en algún momento hay que romper ese círculo vicioso? Los artículos como el de Lynch no me indignan ya, sólo me producen tristeza.
El lunes 23-11-2009. Gemma Lienas, también en El País, contestaba al execrable artículo y no quiero dejar de citar aquí una parte de su escrito, que no tiene desperdicio.
En cualquier caso, la violencia de género sólo se erradicará mediante una educación que enseñe a chicos y chicas que ambos sexos son iguales en derecho y dignidad. Y eso es algo que está muy lejos de conseguirse porque la mentalidad dominante, la que subyace bajo la mayoría de películas, canciones, novelas, anuncios publicitarios, programas de televisión, artículos de opinión... sigue siendo profundamente machista.
Esa mentalidad es la que permite que un jurado popular considere el asesinato de Nagore un simple homicidio, después de que su acompañante le rompiera la ropa interior, le diera una brutal paliza, la estrangulara y le cortase un dedo para impedir su identificación. Esa mentalidad es la que permite que un tribunal de Santander considere que no hay violencia machista en un noviazgo juvenil a pesar de que el chico sometió a su ex novia a un cruel acoso. Esa mentalidad es la que permite que se publique un artículo en el Diari de Girona en el que el autor justifica a Polanski con el argumento de que "quien más, quien menos, todos hemos intentado emborrachar a una niña para aprovecharnos de ella".
Esa mentalidad es la que permite que Enrique Lynch, en su artículo Revanchismo de género (sic), interprete de forma delirante una campaña a favor de la igualdad entre sexos y nos prevenga de que, de seguir con nuestras reivindicaciones, vamos a continuar siendo asesinadas. ¡Por malas!
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Blog para la Igualdad
I.E.S. "Federico Mayor Zaragoza" (Sevilla)
Excelente entrada, Luz. Eres la más currante del blog. Todo muy claro y bien documentado. Además de lo que has dicho, a lo que no tengo nada que añadir, me ha sorprendido esta frase de Lynch, y no sé si se trata de un atisbo de xenofobia o de reduccionismo cultural, o es que yo tengo mucha imaginación.... "un país vergonzantemente árabe" (además, aquí no sé si el autor confunde lo árabe con lo musulmán, en cuyo caso sería grave en un periodista). A ver si me sacas de dudas, un fuerte abrazo!
ResponderEliminarEfectivamente se equivoca confundiendo árabe por musulmán y creo que es un claro rasgo de xenofobia.
ResponderEliminarLynch es argentino, profesor de estética de la Universidad de Barcelona, de militancia radical (imagino que de izquierdas) en su juventud argentina y ahora le ha dado por ser tremendista y radical pero de lo suyo, que debe ser tocar las narices.
Yo no sé si va de "enfant terrible" de decir "boutades" para provocar... o que realmente es así de impresentable con sus anquilosados tópicos. La crítica que hace de Ridley Scott me parece desafortunada e indocumentada.
He leído alguna entrevista suya y me pareció muy arrogante, debe mirar al resto del planeta desde el último piso de la gigantesca torre de su ego.
Tu trabajas en esto más que yo. Nos hemos acordado mucho de tí hoy.
Un abrazo