Hoy, 17 de Mayo, se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. La elección no es gratuita, pues tal día como hoy de hace tan sólo 20 años, la Organización Mundial de la Salud retiraba la Homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Atrás quedaban siglos de horror y de dolor, que por cuestiones de espacio no analizaremos aquí. Es evidente que en estos últimos años, las cosas han mejorado, y mucho, para este colectivo, pero lo cierto y verdad es que aún queda mucho, mucho por hacer, para eliminar la homofobia en la sociedad. Es un hecho que aún hoy, en las escuelas, se dan situaciones de acoso escolar vinculadas con la orientación y elección sexual de los alumnos y alumnas. Es un hecho que, de vez en cuando, llegan a los medios de comunicación situaciones de discriminación sólo por el simple hecho de ser homosexual. Es un hecho que aún no está todo hecho. Y ello a pesar de que nos encontramos en uno de los siete países del mundo que ha regulado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En España existe por tanto la cobertura legal, pero no la plena aceptación social. Y a ello contribuyen comportamientos y actitudes que merecen nuestra más enérgica condena, como los que exhibe la Iglesia Católica sin un ápice de autocontrol -y lo que es peor, de autocrítica- , al vincular Homosexualidad y Pederastia, o al insistir día sí y día también, en que la Homosexualidad es una amenaza para la moral humana. Declaraciones como estas, procedentes de las más altas jerarquías de una organización de fieles que se presupone solidaria, no hace sino poner piedras en el camino para que muchas personas decidan vivir libremente tal y como son.
Como hemos dicho, hoy es un día para recordar, y para celebrar, pero también para seguir avanzando por el camino que nos lleve a todos, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, a una convivencia pacífica, tolerante, empática. Y para ello tenemos que combatir la homofobia. En España y fuera de ella. Y tenemos que recordar que, aún hoy, existen países en el mundo en los que ser homosexual se castiga con pena de muerte (Pincha en el Mapa Internacional de la Homofobia)
Por tanto, tal día como hoy, recordemos que aún nos queda camino para luchar contra una enfremedad: La Homofobia.
¿Por qué no empezar desde la escuela?
Como oí a alguien decir:" la homosexualidad no hace daño, la homofóbia si".
ResponderEliminarHace algunos años que me pongo en la piel de...
ResponderEliminarNo me resulta difícil ponerme en la piel de una lesbiana ni de un gay, no creo que haya ninguna diferencia con mi porpia piel, es lo mismo, no hay diferencia. ¿De qué tipo de enfermedad hablan? ¿es una enfermedad el deseo o el amor?
Y ahora voy a ser un poco bruta a lo Rosa Montero, con todos mis respetos. ¿No será que la Iglesia se proyecta cuando condena homosexualidad y pederastia? Ésos son sus problemas no del resto de la sociedad.
De niña he sufrido acoso por hombres, en esos años de virilidad excacerbada era muy frecuente, no les llamaban pederastas, parecía algo normal que a un "viejo" le gustara una niña.
¿Cuánto más escandaloso hubiera sido la "Lolita" de Nabokov si la novela tratara del deseo de un hombre por un niño? Thomas Mann sólo se arriesgó al platonismo.
Por aclarar: Digo que la Iglesia se proyecta en cuanto a homofobia iguala pederastia, supongo que hablan desde la experiencia propia.
ResponderEliminarY también digo que la pederastia infantil femenina hasta no se ve tan mal, no la justifico, igual que no justifico la masculina, mucho peor vista.