Icíar Bollaín

Ayer mismo leía en El País Semanal los entresijos del que será el quinto largometraje de la realizadora española Icíar Bollaín. Lleva por título También la lluvia y se adentra de lleno en la selva boliviana para hablar del mundo indígena y de su lucha por la resistencia en un mundo hostil. Esperaremos a verla para emitir un juicio sobre esta película. Pero aprovecharemos este momento para hacer un breve recorrido por la filmografía de esta directora, que comenzó siendo actriz en El sur, de Víctor Erice (1982), y en la interpretación continuó durante esa década y la siguiente, mientras empezaba a compaginar dicha tarea con la de dirigir.

Así, en 1995 realiza su primer largometraje, titulado Hola, ¿estás sola?, una sencilla comedia de bajo presupuesto en la que narra las vicisitudes de dos chicas jóvenes que por diferentes motivos se ven abocadas a vivir solas antes de lo esperado. Se trata de un canto a la amistad, y más concretamente a la amistad entre mujeres, con una buena dosis de humor, en gran parte gracias al buen hacer de Candela Peña.

En 1999 filmó Flores de otro mundo. El título no es sino una metáfora de las protagonistas del film, integrantes de una caravana de mujeres que llega a un pueblo lleno de solteros con intención de casarse. La idea es tremendamente original, y el desarrollo de la historia nos deja diversas historias, unas tiernas, otras dramáticas. La interpretación de Elena Irureta es sencillamente magistral.

La consagración definitiva de Icíar Bollaín tendrá lugar en 2003 gracias a la sensacional Te doy mis ojos, triunfadora en los Premios Goya de su edición. La película aborda el tema de los malos tratos desde una perspectiva respetuosa y llena de sensibilidad. Las escenas están comedidas, sin caer en ningún momento en la sensiblería, y las interpretaciones sobrepasan la pantalla en cada fotograma.

En 2007 estrena Mataharis, una curiosa película en la que las protagonistas son tres mujeres que se dedican profesionalmente al espionaje. La historia dará un giro cuando comience a ser complicado separar la vida profesional de la personal, cuando ambas se entremezclen y sea realmente difícil qué camino escoger. Aparentemente fría, la cinta va dando paso, conforme avanza el metraje, a la sensibilidad propia de su autora.

Como vemos, nos econtramos ante una directora que hace un cine comprometido con lo femenino. Una mirada certera hacia la mujer, hecha por una mujer. Un cine necesario en una sociedad escasa de valores. Os he puesto breves fragmentos de estas cuatro películas por si os sirve para utilizarlas en clase en cualquier momento. Hace un par de años puse en clase Te doy mis ojos, dentro de la programación de la materia de Cambios sociales y nuevas relaciones de género, y la experiencia fue bastante positiva.